EL PRIVILEGIO DE SER HIJOS DE DIOS
El mayor grado, rango a alcanzar o título no se pueden
comparar con el privilegio de ser llamados hijos de Dios (Juan 1:11-13)
Existen tres palabras Griegas usadas para denotar el
crecimiento de un bebé en un hijo.
La primera es "Teknion", refiriéndose a un niño
infantil o pequeño.
La segunda es "Teknon", refiriéndose a un niño adolescente.
La tercera es "Huios", refiriéndose a un hijo (uno
colocado como hijo por la adopción).
El Apóstol Juan confirma este concepto cuando dice en (1 Juan.
2:12-14) :
“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os
han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque
conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque
habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis
conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al
que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois
fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido
al maligno.”
Tres etapas de crecimiento que se implican aquí, como: Niños,
jóvenes y padres.
Vemos estas tres etapas de crecimiento ilustradas
maravillosamente en la vida de Jesús.
En Lucas 3:23 “Jesús mismo al comenzar su ministerio era como
de treinta años”
En Mateo 3:16-17 “Y Jesús, después que fue bautizado, subió
luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios
que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Fue aquí donde el
Padre confirmo que Jesús era “el Hijo de Dios” ante sus hermanos, Sus amigos y
los líderes.
En Juan. 1:1-3 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era
con Dios, y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las
cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”
Y en Juan 1:14 “Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos
su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
Fue el VERBO DE DIOS el que se encarnó en Jesucristo.
Jesús fue engendrado por Dios a través del Espíritu Santo. El
VERBO siempre fue. El VERBO siempre fue maduro porque el VERBO era Dios. Sin
embargo, Jesús tenía que nacer, crecer y madurar y ser hallado a semejanza de
los hombres. Jesús sabía que estar en los negocios de Su Padre cuando tenía la
edad de 12 años. Fue cuando Jesús tenía la edad de 30 años que el Padre declaro
“Este es mi HIJO amado. La experiencia del río Jordán fue claramente su
adopción. Siguiendo la cultura y la tradición de esos días, el Padre celestial
trae a Su hijo ente los amigos, vecinos y los ancianos de Israel (en el
bautismo de Juan) y habla claramente desde el Cielo para que todos sepan: “Este
es mi HIJO amado”. Esta era la costumbre cuando cualquier joven Judío era
adoptado en la familia del Padre.
El Padre se para con su hijo y presenta “al adoptado”.
Orgullosamente dice este es mi hijo; y todos sabían que a partir de ese día,
que si el hijo hablaba en el nombre de su padre, era oficial. Igual que si el
padre hablara. A partir de ese día si el hijo iba a comprar algo era tratado
igual que el padre. Al salir Jesús del agua del Jordán, sale a una relación y
privilegio totalmente diferente. Ahora es “puesto como Hijo” por el Padre. De
ahora en adelante todo es diferente en la vida de Jesús. No vemos milagros
antes de esto en el ministerio de Jesús. De hecho, era conocido simplemente
como el carpintero, hijo de María y Jose, hermano de Jacobo, Judas y Simón,
según nos dice Marcos 6:3. Y le ofendían.
En Filipenses. 2:6-9: “el cual, siendo en forma de Dios (anteriormente
el Verbo de Dios), no estimó el ser igual a Dios (como el Verbo) como cosa a
que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres. y Hoy día existe una lucha desenfrenada por buscar
estatus pero la realidad es que si no tenemos clara y definida nuestra
identidad como hijos esto no será más que un estatus sin propósito.“ Y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y
le dio un nombre (nombre personal) que es sobre todo nombre,” Apocalipsis 3:12: “… y escribiré sobre él, mi nombre nuevo.”
Antes de esta adopción, había muy poca distinción de
cualquier otro hombre o carpintero o campesino de Nazaret. Se veía y actuaba
como cualquier hombre (pero sin pecado), aunque era el Verbo de Dios encarnado
y heredero del universo.
Pero la ADOPCIÓN cambió mucho a Jesús; La adopción trajo
autoridad y privilegios, y derechos.
La adopción como HIJO MADURO le permitió a Jesús usar el
nombre de Su Padre e ir en Su nombre, a hablar en Su nombre y en Su nombre
hacer milagros.
Él dijo “Vengo en nombre de Mi Padre”.
-Apóstol Yasser Rivas.
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